30.5.05

Leyendas del mar

Dicen las antiguas leyendas, que cerca del mar sangriento, existía un pueblo. Este pueblo de pescadores no conocía otra lengua, que la creada por sus antepasados. No conocía otro oficio, que el de pescador, con sus técnicas propias y distintas a las de cualquier pueblo de pescadores.

Rohan, era un muchacho de apenas 13 nanús (edad más que suficiente para vivir de su oficio), el era pescador de sinhouán (una embarcación frágil, pero suficiente para la pesca de hendells).

Rohan vivía sólo, sus padres habían muerto en una tormenta en el mar sangriento. Él, no tenía problemas para sobrevivir, conseguía mucha pesca de la cual se alimentaba y aún le sobraba para venderla entre sus vecinos.

Una mañana, Rohan se despertó cuando la gran estrella aún no se había levantado de su corta siesta. Miró hacia la pared y vió la marca del tiempo, sí, se dijo, hoy cumplía 14 nanús. Cogió su caña nueva (cada nanú hay que estrenar una nueva caña), y se marchó a pescar hendells.

No habían pasado 2 semras (1 semra = 1 hora y 12 minutos) cuando pescó su primer hendell del día. Lanzó la caña con cuidado y se dispuso a pescar otro.

Hacía buen tiempo, las olas de un azul turquesa batían contra el sinhouán y salpicaban sus pies. De pronto sintió algo muy conocido para él, picaba un hendell, así que se dispuso a tirar de la caña. Tiró y no lo dió levantado, -a ver si va a ser un baudai, no, no era el cebo adecuado-. Tiró más fuerte, más con la esperanza de que rompiera el hilo, que con la esperanza de sacar nada, y en el último batir de holas, una mano blanca asomó por el borde del sinhouán y le agarró una pierna.

Rohan abrió los ojos, sentía un gran dolor de cabeza, como si las sienes tuvieran vida propia. Al hacerlo solo vió un ligero resplandor verduzco a su alrededor. Observó con atención todo lo que había cerca de él y lo único que pudo concluir, es que era una especie de gruta natural. Sólo había una dirección, y cuando ojeó todo con cuidado, vió que solo había un sentido (En el otro había un pozo natural de agua salada, y por el rastro de humedad, sabía que había salido de él.

Con un gran suspiro y temblando de frío se adentró en la gruta. No sabía si habían pasado 5 o 50 semras pero el seguía andando por aquella senda de piedra irregular creada por la naturaleza.

Mucho más tarde encontro una abertura en forma de bóveda que se extendía más allá de su cabeza, y al fondo de la misma había una especie de caña ancha con cintas de cuero alrededor. Se acercó a ella y fijandose bien en su contorno, se dió cuenta de que tenía forma de gensán (una especie de espada que se utiliza para cortar grandes troncos). Acercó su mano a la empuñadura y cuando la tocó sintio un estallido de luz en su vista.

No sabía porqué, pero su vida ya no sería la misma.

Continuará... (o eso espero).

4 Comentarios:

Blogger Tuxina dijo...

¡Oye! Me ha sorprendido mucho ver este tipo de texto en tu blog.
Me gusta mucho, así que espero que continúe.

Besos.

4:07 p. m.  
Blogger iagox dijo...

Gracias, eres la segunda persona que me lo dice hoy.

Se intentará.

4:22 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

Y yo que me estaba acostumbrando a los "chorros de ideas sin sentido" :p

Es muy bonito, fuera de tu estilo, pero bonito :)

Besiños wapetón.

11:11 p. m.  
Blogger iagox dijo...

Pos gracias ;)

11:53 p. m.  

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